Aunque el poderío europeo suele marcar la diferencia, una variable inesperada podría jugar a favor de los equipos argentinos: el desgaste acumulado por sus adversarios, que llegan con un volumen de partidos notablemente superior.
Benfica, primer rival del Xeneize, disputó 56 partidos esta temporada entre competencias locales e internacionales. Bayern Múnich, posible siguiente rival, suma 51 encuentros. En contrapartida, Boca apenas registra 21 partidos oficiales entre el torneo Apertura, la fase preliminar de la Copa Libertadores y la Copa Argentina. El conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo llega con menos rodaje, pero también con mayor frescura física.
En el caso de River, la diferencia también es considerable. El equipo de Marcelo Gallardo suma 25 partidos en el año, cifra muy por debajo de los 59 que acumula el Inter de Milán. El conjunto italiano ha atravesado una exigente temporada con participación en varios frentes: Serie A, copas nacionales y torneos continentales.
Esta brecha en cantidad de partidos disputados no es un dato menor. FIFPro, el sindicato internacional de futbolistas, viene advirtiendo sobre las consecuencias del calendario sobrecargado. En un informe publicado la semana pasada, la organización propuso un período obligatorio de descanso de cuatro semanas, seguido de cuatro semanas de preparación física entre temporadas. Según el director médico de FIFPro, Vincent Gouttebarge, “si todos coincidimos en que la salud viene primero, entonces debemos tomar los pasos necesarios para implementar estas reglas”.
Las lesiones que afectan a varias figuras europeas parecen darles la razón. Bayern Múnich, por ejemplo, no podrá contar con Alphonso Davies ni con Hiroki Ito. Jamal Musiala, aunque presente en el plantel, llega al torneo luego de una lesión muscular. El defensor Dayot Upamecano, en tanto, arrastra una lesión de rodilla desde marzo, aunque fue convocado. Su lugar podría ser ocupado por Jonathan Tah, también citado como alternativa.
La situación se repite en otros equipos. Monterrey, otro de los participantes, llega con 48 partidos sobre sus espaldas, mientras que Urawa Red Diamonds —posible rival de River— registra una carga similar a la del equipo argentino, con 21 encuentros en la temporada japonesa.
Incluso desde Inter Miami, el delantero Luis Suárez reconoció que la seguidilla de partidos en Europa puede ser un punto débil: “Obviamente, están más organizados estructuralmente y tienen grandes jugadores, pero vienen de una temporada larga, que cada vez es incluso más larga. Hay muchos torneos que tuvieron que jugar y quizás lleguen cansados”.
El problema excede lo deportivo y ya motivó acciones legales. FIFPro presentó una queja ante la Comisión Europea contra la FIFA, a la que acusó de abuso de posición dominante por imponer calendarios internacionales sin contemplar el descanso de los jugadores. La denuncia argumenta que esta conducta infringe la legislación de la Unión Europea y exige mayor transparencia y proporcionalidad en la organización de las competencias.
Por el momento, nada indica que la agenda se aliviane. De hecho, se barajan nuevas ampliaciones de torneos como los Mundiales, lo que agrava aún más el panorama. Mientras tanto, Boca y River podrían encontrar en el menor desgaste físico una oportunidad para competir de igual a igual frente a los gigantes europeos, que llegan con las piernas más pesadas.
Fuente(TyC Sports)