“Hay cerca de 200 personas estudiándose para ingresar en lista de espera renal, más las 65 que ya están. Eso hace algo más de 250 personas en la provincia que van a necesitar riñones en algún momento para poder salir de diálisis”, explicó. Según remarcó, “es muy importante la salida de diálisis porque mejora mucho el bienestar y la calidad de vida de las personas, y les da una más prolongada sobrevida de una enfermedad que es irreversible”.
A nivel nacional, el panorama es aún más amplio: alrededor de 10.000 personas esperan órganos y tejidos, de las cuales más de 5.000 necesitan un riñón. Por eso, el funcionario resaltó que “es muy importante que todos seamos donantes para que esa cantidad de gente, en todo el país y acá en Misiones también, pueda acceder a la oportunidad de un trasplante”.
En ese sentido, Misiones se ha convertido en un ejemplo dentro del sistema de salud argentino por su capacidad para realizar trasplantes sin que los pacientes deban trasladarse fuera de la provincia. “Todos esos pacientes que antes necesitaban desarraigarse, irse de la provincia a veces con toda la familia para poder estudiarse, trasplantarse y hacerse tratamiento post trasplante en otros centros, actualmente pueden quedarse en Misiones y completarse todos esos estudios y tratamientos aquí”, afirmó.
Esquivel también destacó que Misiones lidera a nivel nacional los trasplantes de córneas. “Todo paciente que ingresa a la lista de espera de córneas en Misiones, en un plazo muy breve obtiene su queratoplastia”, señaló. Esa eficiencia atrajo la atención de países vecinos. “El mes que viene vamos a tener la visita de integrantes de equipos de Ecuador, Bolivia, Perú y Paraguay que vienen a capacitarse. Confían en la calidad de nuestro recurso humano como capacitadores y en nuestros modelos de trabajo para poder replicarlos en naciones hermanas de Latinoamérica”, celebró.
En cuanto al trasplante renal, que se realiza desde hace varios años, el equipo del Hospital Madariaga —junto con profesionales de una institución privada— ha tenido rendimientos sobresalientes. “Hubo años en que su indicador de cantidad de trasplantes superó al de todos los equipos, incluso de alta complejidad del país”, indicó Esquivel.
Lo mismo ocurre con los trasplantes de médula ósea, cuya demanda está en aumento. “La calidad del recurso humano y del equipamiento hace que otras provincias envíen sus pacientes para hacerse el trasplante de médula ósea acá en Misiones”, remarcó.
Respecto a la conciencia social sobre la donación de órganos, Esquivel explicó que existe una mayor comprensión sobre la importancia del cuidado de los órganos, incluso en pacientes con muerte encefálica. “La gente está entendiendo que para que un cuerpo que no tiene expectativa de sobrevida pueda ser donante, hay que cuidarlo igual o más que a una persona de la que se espera que sobreviva en buenas condiciones”, afirmó.
También destacó el impacto de la Ley Justina, que establece que todas las personas mayores de 18 años son donantes salvo que hayan expresado lo contrario: “Las familias cada vez más están entendiendo que ellas no tienen la obligación de decidir. Incluso las familias con donantes efectivos encuentran mucho consuelo en la conciencia de que los órganos ya perdidos de su familiar van a salvar otras vidas”.
Un llamado a la reflexión y a la gratitud
En el cierre de la entrevista, Esquivel dejó un mensaje claro: “Antes de pensar si vamos a ser donantes, pensemos si vamos a ser receptores. La mayoría de nosotros tiene la posibilidad, algún día, de convertirse en receptor”. Añadió que mientras el número de donantes es siempre reducido por la naturaleza del proceso —solo se puede donar en situaciones muy específicas como la muerte en terapia intensiva—, cualquiera puede necesitar un trasplante. “Si todos fuéramos donantes, no habría problemas de lista de espera. Todos tendríamos un órgano el día que lo necesitemos”.
Además, recordó que el 16 de julio se conmemoró en la provincia el Día del Donante en homenaje a la primera donación multiorgánica realizada en Misiones, en el Hospital de Eldorado en 1996. “A partir de allí, esa actividad no paró y hoy devuelve vida a personas que les queda muy poco plazo para seguir viviendo”, señaló. Y concluyó: “Para todos los donantes, vaya la gratitud de las familias receptoras y de quienes gestionamos esa transferencia de órganos entre un donante y un receptor”.
Fuente: Misiones Online