Se trata del segundo encuentro en apenas 20 días entre ambas partes. La comitiva argentina está encabezada por el embajador Luis María Kreckler, responsable del tema en el Ministerio de Relaciones Exteriores, y por Pablo Lavigne, secretario de Coordinación del Palacio de Hacienda. Ambos mantienen reuniones con funcionarios de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) y la Secretaría de Comercio estadounidense.
Las negociaciones enfrentan obstáculos tanto técnicos como políticos. Por un lado, la política arancelaria de Trump se ha mostrado volátil, con incrementos que responden directamente al estado de las relaciones con China. Por otro, el gobierno de Javier Milei enfrenta limitaciones estructurales en el Congreso, lo que dificulta implementar cambios legislativos que respondan a las exigencias de Washington.
En este contexto, la USTR publicó un informe anual donde detalla las reformas que debería aplicar Argentina para quedar exceptuada de los aranceles. En las páginas 14 a 17 del documento se enumeran barreras comerciales, tasas, derechos de importación, trabas aduaneras y deficiencias en la protección de la propiedad intelectual. Este listado se ha convertido en una hoja de ruta para los encuentros que Kreckler y Lavigne sostendrán durante esta semana.
Entre los principales cuestionamientos se señala la legislación restrictiva sobre patentes en los sectores farmacéutico y agroquímico, la falta de transparencia en el manejo de las indicaciones geográficas, las demoras en el otorgamiento de patentes, la existencia de mercados físicos de productos falsificados como La Salada y Barrio Once, y las restricciones cambiarias que enfrentan importadores y proveedores de servicios.
Algunas medidas adoptadas por el gobierno argentino buscan mostrar voluntad de diálogo. La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) eliminó 23 resoluciones que exigían la intervención de entidades sectoriales en la verificación de importaciones. También se destaca la detención de Jorge Omar Castillo, conocido como el “Rey de La Salada”, acusado de asociación ilícita, lavado de dinero y evasión impositiva. El informe de la USTR menciona específicamente este mercado como un centro clave de falsificación que el país debía desarticular.
La estrategia coordinada entre el canciller Gerardo Werthein y el ministro Luis Caputo ha logrado ciertos avances, aunque el resultado final dependerá de una decisión política de la Casa Blanca. A pesar de la afinidad ideológica y personal entre Milei y Trump, la administración estadounidense no ha mostrado intenciones de eliminar completamente los aranceles recíprocos que pesan sobre productos argentinos.
La tregua comercial vigente vence en julio, y el futuro de las exportaciones nacionales hacia el mercado norteamericano sigue condicionado por el desarrollo de estas negociaciones.
Fuente(Infobae)