a represión no es nueva. En 2021, un pastor de Shanxi fue condenado a cinco años de prisión por asistir a una conferencia bíblica en el extranjero. El conocido pastor John Cao recibió siete años por ayudar a niños birmanos a estudiar la Biblia en una escuela fronteriza. Otros cuatro cristianos también han sido arrestados recientemente por viajar a Corea del Sur y Malasia para participar en encuentros cristianos.
El Partido Comunista utiliza la justificación de “seguridad nacional” para restringir los viajes de líderes religiosos, prohibiéndoles renovar pasaportes o salir del país. En ciertas regiones, se ha implementado un “Filtro de Seguridad Nacional” que clasifica a cristianos como potenciales amenazas, dificultando aún más su movilidad y libertad religiosa.
La situación de los derechos humanos en China sigue deteriorándose. No existe libertad de expresión, asociación o religión, y las iglesias que no se someten al control estatal son consideradas ilegales y perseguidas. Pastores y líderes son condenados por “operaciones ilegales” o “subversión”, enfrentando juicios secretos y largas penas de prisión.
A pesar de la represión, los cristianos chinos continúan firmes en su fe. Bob Fu afirma que, aunque el gobierno intente limitar físicamente la iglesia, el Espíritu Santo sigue uniendo a los creyentes y fortaleciendo la comunión a través de la oración y el apoyo mutuo.
La Biblia enseña que “la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). La iglesia verdadera no puede ser detenida por barreras políticas ni geográficas, pues la comunión en Cristo trasciende cualquier frontera impuesta por los hombres.
En medio de la persecución, los cristianos son llamados a orar por sus hermanos encarcelados y a sostenerlos en la fe, sabiendo que el testimonio de los fieles perseguidos es semilla de avivamiento y perseverancia. La historia demuestra que, cuanto mayor es la opresión, más crece la iglesia y más se extiende el Evangelio.
La valentía de los pastores chinos, que arriesgan su libertad por buscar la comunión y el estudio bíblico, desafía a la iglesia global a no conformarse y a permanecer unida en oración y acción. La verdadera libertad se encuentra en Cristo, y ninguna fuerza terrenal puede apagar la luz del Evangelio en China.
Fuente: BT Noticias